Cuando el tiempo pasó, la campaña en contra de los no cristianos continuó. Todo lo que los Wiccanos hacían, era dado vuelta y usado en su contra. Si los Wiccanos realizaban un rito para aumentar la cosecha, eran acusados de realizar ritos para una mala cosecha y mortandad de animales. Nadie jamás se detuvo a pensar que si los Wiccanos realizaban estos ritos, esto iría en contra suya también, ya que ellos necesitaban de igual forma, comer para vivir. Un antiguo ritual de fertilidad consistía en que los pobladores tenían que salir al campo en la noche de luna llena, montados sobre un tridente o una escoba, a bailar en el campo. Ellos saltaban en el aire y daban vueltas, bailando y celebrando la fertilidad del campo, y simbolizando el crecimiento y cuán alto crecerían las cosechas. Una forma inofensiva de magia simpatética. Pero la Iglesia no sólo los acusó de hacer rituales en contra de las cosechas, sino de volar por los aires montados en sus escobas… seguramente una obra del diablo!
En 1.484, el Papa Inocente VIII emitió su bula en contra de las brujas. Dos años más tarde, dos monjes alemanes, Heirich Institoris Kramer y Jakob Sprenger, escribieron el “Malleus Maleficarum” (o “Martillo de las Brujas”), en este libro se daban instrucciones específicas para la persecución de los brujos. Sin embargo, cuando este libro fue enviado a la Universidad de Teología de Cologne – los censores máximos de aquella época – la mayoría de los profesores se rehusaron a tener algo que ver con el mismo libro. Kramer y Sprenger, ignoraron la desaprobación de la facultad, hecho que no fue descubierto hasta 1898.
Poco a poco la histeria creada por Kramer y Sprenger se expandió. Como el fuego se expandió rápidamente a través de toda Europa, llegando a los lugares menos pensados. Por casi 300 años los fuegos de la persecución ardieron; hombres y mujeres se volvían locos. Pueblos enteros donde se sospechaba que habían uno o dos brujos, eran sacrificados bajo el grito de “Destruyan a todos que el Señor reconocerá a los suyos”. En 1.586 el Arzobispo de Treves decidió que los brujos del pueblo habían sido los responsables del severo invierno, por lo cual 120 hombres y mujeres fueron sometidos a tortura para lograr una “Confesión”, por la cual fueron quemados vivos, bajo el cargo de interferir con los elementos. Un ejemplo del tipo de histeria originado por los monjes es el caso del Las Brujas de Salem, en el cual de todas las personas que fueron colgadas bajo el cargo de Brujería, posiblemente solo dos eran reales seguidoras de la antigua religión.
- LA ÉPOCA ARDIENTE
Es conocida como época ardiente, aquella en la que todos los que no creían o abrazaban la religión católica, eran quemados vivos o ahorcados (en algunos países no se permitía quemar a nadie, así que los colgaban).
Es interesante notar que en esta época muchas de las personas que murieron, ni siquiera eran wiccanos, sino sólo personas que no eran queridas en sus pueblos y por ello eran acusadas como brujas.
No es menos interesante notar cómo la ignorancia del cristianismo acusó a los brujos de ser adoradores del diablo y de matar niños, cuando en realidad no existe tal práctica entre los wiccanos ya que no creemos en el diablo y menos podemos derramar sangre, ya que eso va en contra la carga de la Diosa y contra el amor y respeto hacia todo lo viviente.
Se estima que el total de ejecuciones (según la iglesia católica) fue de 3.000; y 9.000.000 (según varias fuentes de información paganas). La figura actual basada en el examen de documentos de juicios y tribunales estima que el numero de archivos perdidos asciende a 200.000. Sorpresivamente esto es casi igual al valor geométrico de números estimativos.
Los jueces no perseguían solamente a mujeres. El balance de género variaba de acuerdo a la localidad. Un 90% de los acusados fueron hombres en Islandia, cerca de 80% fueron mujeres en Europa. Sin embargo, sobre el número total de ejecutados, el 75% fueron mujeres. La mayoría de las sentencias de muerte eran dictadas por cortes civiles, no por la iglesia católica. Sin embargo, la iglesia estaba indirectamente involucrada, ya que ella proveía las fuentes teológicas en los casos civiles. Los inquisidores no buscaban sólo a brujos, principalmente se interesaban en herejes. Aún así, la iglesia no es directamente responsable por las muertes dadas por sentencias civiles, aunque si era responsable por los arrestos por causa de creencias diferentes a las suyas; por las torturas y ejecución de minorías religiosas en esas cortes. Una costumbre, era que si las creencias de alguien diferían de las de la iglesia católica, no se le podía dar a esa persona libertad de culto ya que corrompería al resto del pueblo.La severidad de la persecución no era uniforme en toda Europa; se concentró primeramente en el este de Francia, Alemania y Suiza. Muchos países se libraron de los tiempos ardientes. La época ardiente y su persecución disminuyó grandemente con la llegada de la Epoca de la Iluminación, cuando las personas empezaron a preguntar sobre “verdades” religiosas sostenidas por mucho tiempo. Esto forzó a que termine la ejecución de los brujos en Europa y América.
Lo importante de esa época para nosotros, más que los números de cuantos murieron, es que las leyes de inquisición fueron abolidas. Hoy en día seguimos siendo víctimas de persecuciones por el hecho de que nuestras creencias son diferentes a las de otras religiones y aunque no nos queman vivos o nos llevan a la horca, es algo con lo que debemos vivir diariamente, especialmente aquellos que vivimos en países con una alta moralidad cristiana.
Fuente:
LDS Portos GoldWing
No hay comentarios:
Publicar un comentario