En la mitología griega, Crío (en griego antiguo Κρεῖος1 o Κρίος) era uno de los Titanes en la lista dada por Hesíodo en su Teogonía, un hijo de Urano y Gea. El menos individualizado de ellos,2 fue derrocado en la Titanomaquia. M. L. West3 ha sugerido cómo Hesíodo rellenó el complemento de los Titanes a partir del grupo central: añadiendo tres figuras procedentes de la tradición arcaica de Delfos, Ceo, Febe (cuyo nombre asumió Apolo con el oráculo) y Temis. Entre otras posibles interpolaciones de Titanes estaba Crío, cuyo interés para Hesíodo era como padre de Perses y abuelo de Hécate, de quien Hesíodo fue, según West, un «entusiasta evangelista».
Fue padre con Euribia, hija de Gea (la Tierra) y Ponto (el Mar), de Astreo y Palas, además de Perses. De la unión de Astreo con Eos (la Aurora) nacieron Eósforo, las otras Estrellas y los Vientos.
Participó en la guerra entre los Titanes y los olímpicos (la Titanomaquia), aunque sin ningún papel concreto que jugar. Cuando los Titanes fueron derrotados, Crío fue desterrado junto a sus hermanos al Tártaro, la parte más profunda del inframundo.
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