Wicca Guadalajara

16 de abril de 2011

Diosa Demeter


Deméter o Demetra (en griego antiguo Δημήτηρ o Δημητρα, ‘diosa madre’ o quizás ‘madre distribuidora’, quizá del sustantivo indoeuropeo *dheghom *mater) es la diosa griega de la agricultura, nutricia pura de la tierra verde y joven, ciclo vivificador de la vida y la muerte, y protectora del matrimonio y la ley sagrada. Se la venera como la «portadora de las estaciones» en un himno homérico, un sutil signo de que era adorada mucho antes de la llegada de los olímpicos. El himno homérico a Deméter ha sido datado sobre el siglo VII a. C.1 Junto a su hija Perséfone eran los personajes centrales de los misterios eleusinos que también precedieron al panteón olímpico.
En la mitología romana se asociaba a Deméter con Ceres. Cuando se le dio a Deméter una genealogía, se dijo que era hija de Crono y Rea, y por tanto hermana mayor de Zeus. A sus sacerdotisas se les daba el título de Melisas.
Es fácil confundir a Deméter con Gea o Rea, y con Cibeles. Los epítetos de la diosa revelan lo amplio de sus funciones en la vida griega. Deméter y Core (‘la doncella’) solían ser invocadas como to theo (‘las dos diosas’), y así aparecen en las inscripciones en lineal B del Pilos micénico en tiempos pre-helénicos. Es bastante probable que existiese una relación con los cultos a diosas de la Creta minoica.
Según el retórico ateniense Isócrates, los mayores dones que Deméter daba a los atenienses eran el grano, que hacía al hombre diferente de los animales salvajes, y los misterios eleusinos, que le daban mayores esperanzas en esta vida y en la otra.


Títulos y funciones

En diversos contextos, se invoca Deméter con diversos epítetos:
Anesidora (Ανησιδωρα, ‘dadora de dones’ de la tierra), como Deméter.
Anfictíone (de αμφικτιονία, 'fundación conjunta') en referencia al primer lugar de reunión de la Liga del Peloponeso en la ciudad tesalia de Antela, que pasó a alternarse a partir del siglo VII a. C. con el santuario de Delfos.
Cabiria (Καβειραιη), un nombre pre-helénico de significado incierto.
Cidaria (Κιδαριη).
Cloe (Χλοη, ‘el brote verde’), por sus poderes de fertilidad y eterna juventud.
Ctonia (Χθονια, ‘de la tierra’).
Erinia (Ερινυς, ‘implacable’).
Lusia (Λουσιη, ‘baño’).
Maloforos (Μαλοφορος, ‘portadora de manzanas’ o ‘portadora de ovejas’).
Potnia (Πωτνια, ‘señora’) en el Himno homérico a Deméter.
Termasia (Θερμασια, ‘calidez’).
Tesmófora (Θεσμοφορος, ‘dadora de hábitos’ o incluso ‘legisladora’), un papel que la enlaza a la aún más antigua diosa Temis. Este título estaba conectado con las Tesmoforias, una fiesta ateniense de rituales secretos exclusivamente femeninos relacionados con las costumbres nupciales.
Teócrito recordaba un papel más antiguo de Deméter:
Para los griegos Deméter siendo una diosa de la amapola
Portando gavillas y amapolas en ambas manos.
En una estatuilla de arcilla de Gazi, la diosa de la amapola minoica lleva las cápsulas de semilla, fuente de nutrición y narcosis, en su diadema. Kerényi señala que «parece probable que la Gran Diosa Madre, que llevaba los nombres de Rea y Deméter, trajese la amapola consigo de su culto cretense a Eleusis, y es seguro que la esfera religiosa cretense el opio se preparaba a partir de amapolas».
En honor a Deméter de Misia se celebraba una fiesta en Pellene, Arcadia. Pausanias visitó el santuario de Deméter en Misia en su viaje de Micenas a Argos, pero todo lo que pudo sonsacar para explicar el arcaico nombre fue un mito de un misio epónimo que veneraba a Deméter.
Los lugares de culto a Deméter más importantes no se concentraban en ninguna región concreta del mundo griego: Eleusis, en Sicilia, Hermíone, en Creta, Megara, Celeae, Lerna, Aegila, Muniquia, Corinto, Delos, Priene, Acragas, Iasos, Pérgamo, Selino, Tegea, Thorikos, Dion, Licosura, Mesembria, Enna y Samotracia.
Deméter enseñó a la humanidad las artes de la agricultura: sembrar semillas, arar, recolectar, etcétera. Era especialmente popular entre las gentes del campo, en parte porque eran los beneficiarios más directos de su ayuda, y en parte porque eran más conservadores a la hora de mantener las viejas costumbres. De hecho Deméter era fundamental en la antigua religión de Grecia. Reliquias propias de su culto, como cerdos votivos de arcilla, se fabricaban ya en el Neolítico. En la época romana, aún se sacrificaba una marrana a Ceres cuando había una muerte en la familia, para purificar la casa.

Deméter y Poseidón
Los nombres de Deméter y Poseidón están relacionados en las primeras inscripciones en lineal B halladas en Pilos, donde aparecen como PO-SE-DA-WO-NE y DA-MA-TE en el contexto sagrado de echar a suertes. El elemento «DA» que aparece en ambos nombres está aparentemente conectado con una raíz protoindoeuropea relacionada con la distribución de tierras y honores (compárese con el latín dare, ‘dar’). Poseidón (cuyo nombre parece significar ‘consorte de la distribuidora’) persiguió una vez a Deméter, en su forma original de diosa-yegua. Ella se resistió a Poseidón, pero no pudo ocultar su origen divino entre los caballos del rey Oncos. Poseidón se transformó en semental y la cubrió. Deméter se puso literalmente furiosa (Deméter Erinia) por este asalto, pero lavó su ira en el río Ladón (Deméter Lusia). Le dio a Poseidón una hija Despoina, pero que cuyo nombre no podía ser pronunciado fuera de los misterios eleusinos, y un corcel de negras crines llamado Arión. En Arcadia se había adorado históricamente a Deméter como una deidad con cabeza de caballo:
La segunda montaña, el monte Elaios, está a unos 30 estadios de Figalea y tiene una cueva consagrada a Deméter Melania [‘Negra’]... los figaleos dicen que aprovecharon la cueva consagrada a Deméter y pusieron una imagen de madera en ella. La imagen fue tallada de la siguiente forma: estaba sentada en una roca y era como una mujer en todo salvo en la cabeza. Tenía la cabeza y el pelo de un caballo, y serpientes y otras bestias crecían de ella. Su quitón le llegaba justo hasta los pies, y sostenía un delfín en una mano y una paloma en la otra. Por qué hicieron el xoanon de esta forma debería estar claro para cualquier hombre inteligente versado en la tradición. Dicen que la llamaron Negra porque la diosa llevaba ropas negras. Sin embargo, no pueden recordar quién hizo este xoanon o cómo ardió, pero cuando quedó destruido los figaleos no le dieron una nueva imagen a la diosa y desatendieron largamente sus fiestas y sacrificios, hasta que finalmente la esterilidad cayó sobre el país.
Relación de Deméter con Perséfone
Ceres (Deméter), alegoría de Agosto: detalle de un fresco de Cosimo Tura, Palazzo Schifanoia, Ferrara, 1469-70.
El mito fundamental de Deméter, que constituye el corazón de los misterios eleusinos, es su relación con Perséfone, su hija y ella misma de joven. En el panteón olímpico, Perséfone fue consorte de Hades (Plutón para los romanos, dios de la riqueza del inframundo). Perséfone se convirtió en diosa del inframundo cuando Hades la secuestró en la tierra y le llevó con él. Perséfone había estado jugando con algunas ninfas (o Leucipe) a quienes Deméter convirtió en sirenas como castigo por no haber intervenido. La vida se paralizó mientras la deprimida Deméter (diosa de la tierra) buscaba a su hija perdida (descansando en la piedra Agelasta). Finalmente, Zeus no pudo aguantar más la agonía de la tierra y obligó a Hades a devolver a Perséfone enviando a Hermes para rescatarla. Pero antes de liberarla, Hades le engañó para que comiese seis semillas de granada, lo que le obligaba a volver seis meses cada año. Cuando Deméter y su hija estaban juntas, la tierra florecía de vegetación. Pero durante seis meses al año, cuando Perséfone volvía al inframundo, la tierra se convertía de nuevo en un erial estéril.
Estos seis meses son los de verano, pues en Grecia es cuando toda la vegetación muere por el calor y la falta de lluvia. Por el contrario, el invierno traía abundantes lluvias y temperaturas suaves, floreciendo la vida vegetal. Fue durante su viaje para rescatar a Perséfone del inframundo cuando Deméter reveló los misterios eleusinos. En una versión alternativa, Hécate rescató a Perséfone. En otras versiones Perséfone no era engañada para comer las semillas de granada sino que decidía comerlas por sí mismas. Algunas versiones afirman que comió cuatro semillas en lugar de seis. En cualquier caso, el resultado final es la ocurrencia del verano, la primavera, el otoño y el invierno.
Estancia de Deméter en Eleusis
Mientras Deméter buscaba a su hija Perséfone, habiendo tomado la forma de una mujer anciana llamada Doso, recibió la hospitalaria bienvenida de Céleo, el rey de Eleusis en Ática (y también de Fítalo). Céleo le pidió que cuidase de Demofonte y Triptólemo, los hijos que había tenido con Metanira.
Como regalo a Céleo por su hospitalidad, Deméter planeó convertir a Demofonte en un dios, cubriéndolo y ungiéndolo con ambrosía, respirando suavemente sobre él mientras le sostenía entre sus brazos y su pecho, y haciéndole inmortal quemándolo sobre carbones al rojo vivo en la chimenea del hogar familiar cada noche, a espaldas de sus padres.
Deméter no pudo completar el ritual porque Metanira sorprendió una noche a su hijo en el fuego y chilló asustada, lo que enfureció a Deméter, quien lamentó que los estúpidos mortales no entendiesen el concepto y el ritual.
En lugar de hacer inmortal a Demofonte, Deméter decidió enseñar a Triptólemo el arte de la agricultura y, a través de él, el resto de Grecia aprendió a plantar y segar cultivos. Triptólemo cruzó el país volando en un carro alado mientras Deméter y Perséfone cuidaban de él, ayudándole a completar su misión de educar a Grecia entera en el arte de la agricultura.
Más tarde, Triptólemo enseñó a Linco, rey de Escitia, las artes de la agricultura, pero éste rehusó enseñarlas a sus súbditos, y trató de matar a Triptólemo. Deméter le transformó en un lince.
Algunos investigadores creen que la historia de Demofonte está basada en una leyenda popular prototípica anterior.

Representaciones y miscelánea
Se solía retratar a Deméter subida a un carro, y asociada con frecuencia a imágenes de la cosecha, incluyendo flores, fruta y grano. A veces se la pintaba también con Perséfone.
Normalmente no se retrata a Deméter con un consorte. La excepción es Yasón, el joven de Creta que yació en un campo arado, y fue sacrificado más tarde. Según la mitografía Olímpica, un celoso Zeus lo fulminó con un rayo, pero que el mito sitúe los hechos en Creta es un indicio de que los helenos sabían que este suceso le ocurrió a una Deméter más antigua.
Deméter puso a Aetón, el dios de la hambruna, en las tripas de Erisicton, haciendo que estuviese permanentemente hambriento, como castigo por cortar árboles en una arboleda sagrada.
Era y es célebre la estatua en mármol de esta diosa que se hallaba en la ciudad de Cnido y que actualmente se encuentra en el Museo Británico de Londres.

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