Wicca Guadalajara

28 de julio de 2011

Diosa Venus

Venus era una importante diosa romana relacionada principalmente con el amor, la belleza y la fertilidad, que desempeñaba un papel crucial en muchas fiestas y mitos religiosos romanos. Desde el siglo III a. C., la creciente helenización de la clases altas romanas la identificó como equivalente de la diosa griega Afrodita. De esta forma Venus fue la esposa de Vulcano. Virgilio, como halago a su patrón Augusto y al gens Julia hizo a Venus, a quien Julio César adoptó como su protectora, ancestro del pueblo romano a través de su legendario fundador Eneas y su hijo Iulus.
En la mitología
Venus solía asociarse con la diosa griega Afrodita y la etrusca Turan, tomando aspectos prestados de ambas. Como con la mayoría de las demás deidades del panteón romano, el concepto literario de Venus está cubierto por las ropas tomadas de los mitos griegos literarios de su equivalente, Afrodita. La anterior diosa etrusca o latina de la vegetación y los jardines pasó a ser relacionada deliberadamente con la griega Afrodita. En algunos mitos latinos Eros era hijo de Venus y Marte, el dios de la guerra.
Culto
Su culto empezó en Ardea y Lavinio (Lacio). El 15 de agosto de 293 a. C. le fue dedicado su templo más antiguo del que se tiene constancia, y el 18 de agosto se instituyó la fiesta llamada la Vinalia Rustica. El 25 de abril de 215 a. C. le fue dedicado un templo fuera de la Porta Collina en la colina Capitolina para conmemorar la derrota romana en la Batalla del Lago Trasimeno.
Epítetos

Como otras deidades romanas importantes, a Venus se le atribuyen varios epítetos para aludir a sus diferentes aspectos o roles.
Venus Acidalia, que procedía según Servio de la fuente Acidalia cerca de Orcómeno, en la que Venus solía bañarse con las Gracias, si bien otros relacionan el nombre con el término άκιδες acides, ‘cuidados’ o ‘problemas’.
Venus Cloacina (‘purificadora’), una fusión de Venus con la diosa del agua etrusca Cloacina, probablemente el resultado de una estatua de Venus prominentemente ubicada cerca de la Cloaca Máxima, el sistema de alcantarillado de Roma. La estatua se erigía sobre el punto donde se selló la paz entre los romanos y los sabinos.
Venus Ericina (‘del brezo’), por el monte Erice (oeste de Sicilia), uno de los centros de su culto. Se le dedicaron templos en la colina Capitolina y fuera de la Porta Collina. Personifica el amor «impuro» y era la diosa patrona de las prostitutas.
Venus Felix (‘favorable’), un epíteto usado para un templo en el monte Esquilino y para otro construido por Adriano dedicado a Venus Felix et Roma Aeterna (‘Venus favorable y Roma eterna’) en el lado norte de la Vía Sacra. Este epíteto también se usa para una escultura concreta de los Museos Vaticanos.
Venus Genetrix (‘madre’), en su papel como ancestro del pueblo romano, una diosa de la maternidad y la vida doméstica. Se celebraba una fiesta en su honor el 26 de septiembre. Como Venus era considerada en concreto la madre del gens juliano, Julio César le dedicó un templo en Roma. Esto nombre también se aplica a un tipo iconológico de estatua de Afrodita/Venus.
Venus Calipigia (‘de las bellas nalgas’), una forma adorada en Siracusa (Sicilia).
Venus Libertina (‘de los libertos’), un epíteto que probablemente surgió de un error, con los romanos confundiendo lubentina (posiblemente ‘placentera’ o ‘apasionada’) con libertina. Puede estar relacionado con Venus Libitina, también llamada Libentina, Libentia, Lubentina o Lubentia, un epíteto que posiblemente proceda de la confusión entre Libitina, una diosa funeraria y la antes mencionada lubentina, llevando a una amalgama de Libitina y Venus. Se dedicó un templo a Venus Libitina en el monte Esquilino.
Venus Murcia (‘del mirto’), epíteto que fusionaba a la diosa con la poco conocida deidad Murcia o Murtia, que estaba asociada al árbol de mirto, si bien en otras fuentes era considerada diosa de la pereza y la holgazanería.
Venus Obsequens (‘cortés’ o ‘indulgente’), epíteto al que se dedicó un templo a finales del siglo III a. C. durante la Tercera Guerra Samnita por Quintus Fabius Maximus Gurges. Se construyó con el dinero de las multas que pagaban las mujeres a las que se hallaba culpables de adulterio. Era el templo más antiguo de Venus en Roma y se ubicaba probablemente a los pies del monte Aventino cerca del Circo Máximo. El día de su dedicación, el 19 de agosto, se celebraba la Vinalia Rustica.
Venus Urania (‘celestial’), epíteto que fue usado como título de un libro por Basilius von Ramdohr, de un relieve por Pompeo Marchesi y de un cuadro por Christian Griepenkerl. (Véase Afrodita Urania.)
Venus Verticordia (‘transformadora de corazones’), la protectora contra el vicio, en cuyo honor se celebraba el 1 de abril. Se le construyó un tempo en Roma en 114 a. C. que le fue dedicado el 1 de abril, con la instrucción de los Libros Sibilinos para compensar por la infracción de la castidad de tres vírgenes vestales.
Venus Victrix (‘victoriosa’), un aspecto de la Afrodita armada que los griegos habían heredado de Oriente, donde la diosa Ishtar «seguía siendo una diosa de la guerra, y Venus podía llevar la victoria a Sila o a César.» Esta fue la Venus a la que Pompeya dedicó un templo en la cima del teatro en el Campus Martius en el 55 a. C. También había un altar dedicado a Venus Victrix en la colina Capitolina, y festivales el 12 de agosto y 9 de octubre, ofrendándosele en este último un sacrificio anualmente. En el arte neoclásico, este título se usa a menudo en el sentido de «Venus Victoriosa sobre los corazones de los hombres» o en el contexto del Juicio de Paris (por ejemplo, la Venus Victrix de Antonio Canova, un retrato reclinado semidesnudo de Paulina Bonaparte).
Otros epítetos significativos para Venus son: Amica (‘amiga’), Armata (‘armada’), Caelestis (‘celestial’) y Aurea (‘dorada’).
En el arte
Arte clásico
El arte romano y helenístico produjo muchas variaciones sobre la diosa, a menudo basadas en el tipo praxiteliano Afrodita de Cnido. Muchos desnudos femeninos de esta época de escultura cuyos temas son desconocidos se suelen llamar en la moderna historia del arte «Venus», incluso si originalmente pudieran haber sido el retrato de una mujer mortal más que una imagen de culto de la diosa.

Algunos ejemplos son:
Venus de Milo (130 a. C.)
Venus de Médici
Venus Capitolina
Venus Esquilina
Venus Itálica
Venus Felix
Venus de Arlés
Venus Anadiómena
Venus, Pan y Eros.
Venus Genetrix
Venus de Capua
Venus Calipigia
Venus Púdica
Arte posclásico
Venus se convirtió en un tema popular en la pintura y escultura del Renacimiento europeo. Como una figura «clásica» cuyo estado natural era la desnudez, era socialmente aceptable representarla sin ropas. Como la diosa de la salud sexual, estaba justificado cierto grado de belleza erótica en sus retratos, que resultaba atractivo para muchos artistas y sus mecenas. Con el tiempo, «venus» llegó a aludir a cualquier representación artística de una mujer desnuda en el arte posclásico, incluso si no había indicios de que se tratase de la diosa.
Algunas obras famosas son:
El nacimiento de Venus de Botticelli (c. 1485-1486)
Venus dormida de Giorgione (c. 1507)
Venus de Urbino de Tiziano (1538)
Venus del espejo de Velázquez (c. 1644)
El nacimiento de Venus de François Boucher (1740).
Venus Anadyomene de Théodore Chassériau (1838)
El Nacimiento de Venus de Eugène Emmanuel Amaury-Duval (1862)
Olympia de Manet (1863)
Nacimiento de Venus de Alexandre Cabanel (1863)
El nacimiento de Venus de Bouguereau (1879)
Venus Victrix de Canova (c. 1805)
Venus en el baño de John William Godward (1901)
En el arte prehistórico, desde el descubrimiento en 1908 de la llamada Venus de Willendorf, se suele llamar «Venus paleolíticas» a las pequeñas esculturas de formas femeninas redondeadas. Aunque se desconoce el nombre de deidad realmente representada, el evidente contraste entre estas figuras de culto obesas y fértiles y la concepción clásica de Venus ha supuesto mayor resistencia para la terminología.


Tannhäuser
Tannhäuser en el Venusberg, de John Collier (1901): un decorado dorado distintivamente del quattrocento italiano.
La leyenda medieval alemana de Tannhäuser conservó el mito de Venus mucho después de que su culto fuera desterrado por el cristianismo.
La historia alemana cuenta que el caballero y poeta Tannhäuser halló el Venusberg, una montaña con cuevas que contenían el hogar subterráneo de Venus, y pasó un año en adorando allí a la diosa. Tras abandonar el Venusberg, Tannhäuser tuvo remordimientos y viajó a Roma para preguntar al papa Urbano IV si era posible que le absolvieran sus pecados.
Urbano contestó que el perdón era tan imposible como lo sería que su báculo floreciese. Tres días después de que Tannhäuser se marchara, el báculo de Urbano floreció. Se enviaron mensajeros a buscar al caballero, pero éste ya había regresado al Venusberg y nunca volvió a ser visto.


Otras diosas del amor

Adicionalmente, Venus ha sido comparada con otras diosas del amor: Rembha (hindú), Milda (lituana), Frigg y Freyja (nórdica), Ishtar (mesopotámica), Isis (egipcia), Inanna (sumeria), Astarté (fenicia), Reitia (de los vénetos), Uni-Astre (láminas de Pyrgi), Suadela y Ushás en la religión védica. Ushás también está vinculada con Venus mediante un epíteto sánscrito que se le aplica, vanas- (‘adorabilidad’, ‘deseo’, ‘anhelo’), que es un cognado de Venus, sugiriendo una relación protoindoeuropea mediante la raíz reconstruida *wen-, ‘desear’.
Otra interesante asociación con Venus es el dios letón Auseklis, cuyo nombre procede de la raíz aus-, ‘aurora’. Tanto Auseklis como Mēness (‘luna’) son Dieva dēli (‘hijos de dios’).

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