Benditas mis rodillas que se arrodillan ante el altar sagrado,
Bendito sea mi corazón que toca siempre el tambor de la compasión,
Benditos sean mis labios que dicen siempre la verdad,
Benditos sean mis ojos que ven la magia del Espíritu sagrado.
Que el Señor y la Señora me ayuden hoy a caminar por el mundo.
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